ALEXANDRE DUMAS DAVY DE LA PAILLETERIE (Villers-Cotterêts, 24 de julio de 1802—Puys, cerca de Dieppe, 5 de diciembre de 1870), más conocido como Alexandre Dumas, y en los países hispanohablantes como Alejandro Dumas, fue un novelista y dramaturgo francés, al que no hay que confundir con su hijo homónimo, que fue también escritor.
Las obras de Dumas padre han sido traducidas a casi cien idiomas y es uno de los autores franceses más leídos. Varias de sus novelas históricas de aventuras se publicaron en formato de series, como El conde de Montecristo, Los tres mosqueteros, Veinte años después, El vizconde de Bragelonne, El tulipán negro y La reina Margarita, entre otras, muchas de ellas fruto de su colaboración con su negro literario, el historiador Auguste Maquet. Sus novelas han sido adaptadas desde principios del siglo XX en casi doscientas películas. Escritor prolífico en diversos géneros, comenzó su carrera escribiendo piezas teatrales y escribió también artículos en revistas y libros de viaje. Sus trabajos suman casi 100.000 páginas.
Su padre, el general Thomas-Alexandre Dumas, conocido como el conde Negro, héroe olvidado de la Revolución francesa, nació en Haití en 1762, hijo de Alexandre Antoine Davy de la Pailleterie, un aristócrata del Hexágono que se fue en busca de fortuna al Caribe y terminó arruinado. Durante esos oscuros años treinta vivió en unión libre con la esclava negra Marie-Césette Dumas. Como Alexandre Antoine fue dado por muerto debido a su prolongada ausencia, tuvo que regresar para recuperar su fortuna después de vender a Thomas-Alexandre como esclavo para poder obtener el dinero para ir a Francia, pero una vez recuperó su herencia, liberó a su hijo y se lo llevó a la metrópoli con catorce años. Allí Thomas-Alexandre recibió entrenamiento en la academia de esgrima de Versalles, convirtiéndose rápidamente en uno de los mejores espadachines del país. Entró en el ejército como soldado raso y, durante la revolución, aprovechó las vacantes de oficiales dejadas por los nobles ejecutados o exiliados y consiguió en un año convertirse en el primer general mulato de un ejército occidental. Su desempeño como estratega fue tan notable que se erigió una estatua en su honor en París, destruida en 1940 por los nazis durante su ocupación de Francia; pero su nombre está grabado entre los de otros héroes nacionales franceses en la columna 23 del Arco de Triunfo. El general murió de cáncer a los cuarenta y tres años, cuando Alexandre Dumas tenía cuatro años.
Una investigación reciente del escritor y periodista neoyorquino Tom Reiss sobre la vida de Alejandro Dumas, compilada en su libro El Conde Negro, revela que las experiencias vividas por el padre de Dumas, el general Thomas Alexandre Dumas, fueron las que inspiraron buena parte de El conde de Montecristo y de Los tres mosqueteros.
Infancia y juventud
DADA la pensión de que disponía su madre, Dumas recibió una escasa educación escolar. Con unos estudios deficientes empezó a trabajar como mensajero, vendedor de tabaco y como pasante de un notario. Dumas tenía un carácter indómito y soñador, dedicaba su tiempo a la caza y al cortejo de las muchachas de su edad.
En 1822 realizó su primer viaje a París, financiado con el producto de la caza. Quedó fascinado por la ciudad y el teatro. Por ello, unos meses después decidió volver con algunas cartas de recomendación para los antiguos amigos de su padre, afectos casi todos ellos a los Borbones.
En 1823 se instaló en París y entró al servicio del duque de Orleans como escribiente, gracias a su perfecta caligrafía y a la recomendación del general Foy. Continuó escribiendo y completando su formación de manera autodidacta. En 1825 se estrenó su primer vaudeville, La caza y el amor y en 1826 publicó su primera novela en prosa, Blanca de Beaulieu.
Primeras obras
Con la representación, por la Comédie française en 1830, de Enrique III y su corte, consiguió gran notoriedad y, en 1831, con Antony alcanzó su primer éxito, que continuaría a lo largo de su carrera literaria con el género de su predilección: el drama romántico y la novela histórica. Se dice que fue el introductor del Romanticismo en el teatro francés.
Repartía el tiempo entre el trabajo, el estudio y el amor, que en 1824 lo sorprendió con un hijo, Alejandro Dumas, fruto de su romance con la costurera Marie-Catherine Lebay. El 5 de marzo de 1831 vino al mundo Marie-Alexandrine, fruto de su relación con la actriz Belle Krebsamer, quien lo obligó a reconocer a la recién nacida, así como a su primogénito.
En 1832 Dumas realizó su primer viaje al extranjero (Suiza). Siguieron Italia (1835), Bélgica y Alemania (1838). Así inició su producción de diarios de viajes. También en 1838 sufrió la pérdida de su madre, a quien siempre dedicó sus mayores cuidados. En 1840 se casa con la actriz Ida Ferrer y, aunque no duró mucho el matrimonio, continuó ligado a ella debido a asuntos legales y económicos.
En la cúspide
FUE un autor prolífico (tragedias, dramas, melodramas, aventuras...) aunque, para atender a la creciente demanda del público, tuvo que recurrir a la ayuda, notoria, de «colaboradores», entre los que destacó, como hemos dicho anteriormente, Auguste Maquet (1839-1851), que intervino en varias de sus novelas, entre ellas algunas tan notables como Los tres mosqueteros y El Conde de Montecristo(1844). La discusión en torno a este tema ha concluido gracias a la aparición de las papeletas en las que de manera autógrafa consta que fue él quien encontró las Memorias de D´Artagnan, obra de Gatien Courtilz de Sandras (editadas en español por Emecé en 1961), fundamento de su famosa novela. Fue Auguste Maquet quien investigó el trasfondo histórico y Alejandro Dumas quien le dio forma a la novela. Maquet publicaría poco después su propia versión, pero tanto ésta como la de Gatien son verdaderos esperpentos literarios, mientras la de Alejandro Dumas es muy ágil y divertida. Sus novelas históricas, llenas de vivacidad, gozaron del beneplácito del público, propiciadas por su publicación en baratas entregas en los periódicos.
En 1846, cuando se encontraba en la cúspide de su carrera y su fama desbordaba las fronteras de su país natal, el ministro de Instrucción Pública de Francia, Narcisse-Achille de Salvandy, invitó a Dumas a viajar a Argelia, a donde fue junto a su hijo y a un grupo de amigos. Recorrieron España, donde Salvandy situaría algunas de sus novelas y donde sería embajador, y luego tomaron el barco «La Veloce» en el puerto de Cádiz, que los condujo a Argelia y Túnez. Las vivencias durante esos dos viajes se recogen en sus libros De París a Cádiz y La Veloce.
Amasó una considerable fortuna que dilapidó con prodigalidad en fiestas y cenas. Se hizo construir un castillo en Le Port-Marly denominado Monte-Cristo. Para ello llevó decoradores de Argelia y compró los muebles clásicos más caros. Mantenía a sus hijos, a las madres de ellos y a varias amantes, muchas de ellas actrices. Vivía con gran lujo y derroche; y aunque llegó a ganar sumas enormes de dinero, siempre estaba endeudado.
Declive económico
TOMÓ parte activa en la Revolución de 1848, con lo que se vio involucrado en problemas políticos. En ese mismo año rompió su relación con Maquet, el cual le denunció por haberse aprovechado de él. El juicio dictó que tenía que pagarle 145.200 francos en diez años. Asediado por los acreedores, huyó a Bruselas en 1850, en donde terminó de escribir sus Memorias.
Regresó a París en 1853 y se embarcó en diversas empresas, cada cual más ruinosa. En 1847 había fundado el Théâtre Historique que, cuatro años más tarde, fue a la bancarrota. Fue también fundador del semanario Le Monte-Cristo (1857-1860) que también quebró.
Sus «Libros de viaje» y «Reportes de Guerra»
EN 1858 fue invitado por una acaudalada familia rusa a un viaje de placer, que lo llevó a San Petersburgo, Moscú, Astracán, Bakú, Georgia y las costas del mar Negro. Ese viaje de nueve meses fue de gran provecho para su trabajo literario. A su regreso publicó varios libros sobre ese tema, así como traducciones de importantes autores rusos de esa época.
En 1859 viajó a Italia. Ahí conoció al general Giuseppe Garibaldi, a quien se unió en Sicilia y ayudó con la compra de armas en Marsella, que él mismo transportaría en su buque «Emma». Luego se dirigió a Tierra Santa. Camino hacia allá recibió la noticia de que Garibaldi había desembarcado en Nápoles, por lo que se trasladó a Palermo, desde donde comenzó a transmitir a La Presse sus escritos sobre la situación de la guerra.
Después de la victoria, Garibaldi nombró a Dumas Jefe de Excavaciones y Museos de Nápoles, donde vivió hasta 1864. De ese período es su libro La San Felice y también por esos días nació su otra hija Micaela, de su relación sentimental con Emilia Cordier. Además, en 1863 se produjo un hecho insólito: el 22 de junio los Dumas, padre e hijo, sufrieron ambos la condena de todas sus novelas románticas por parte de la Santa Sede y la consiguiente inclusión en el Índice de Libros Prohibidos.
Vejez y muerte
A pesar de la vejez y la enfermedad, los relatos de Dumas continuaban llenando los diarios de París. Así que hasta sus últimos días sus seguidores pudieron disfrutar de El caballero Hector de Sainte-Hermine, su última novela publicada por entregas en Le Moniteur Universal. También desde 1869 trabajó en la recopilación de recetas de cocina de varios países que había visitado, para publicarlas en un gran volumen. Ese libro se terminó póstumamente (1873), bajo el título de Gran diccionario de cocina.
En 1870 Dumas se refugió en la casa de campo de su hijo en Puys, imposibilitado de regresar a la capital, asediada por la guerra con Prusia y su estado de salud. Murió de un ataque al corazón el 5 de diciembre, el mismo día en que los prusianos entraron en el pueblo.
Obras atribuidas a Dumas
EN muchas ocasiones, con fines de ventas, se han atribuido a Dumas algunas obras que nunca fueron escritas por él. El caso más notorio es La mano del muerto, continuación de El conde de Montecristo. Esta obra no fue escrita por Dumas, sino por el escritor portugués Alfredo Hogan.
La lista de obras atribuidas a Dumas es larga, se pueden mencionar La novela de Violeta, El hijo de Portos, Confesiones de la marquesa, Los caballeros templarios, entre otras. Algunas publicadas bajo su nombre, son solo traducciones, como Ivanhoe de Walter Scott. Otra, de fama imperecedera, es El hombre de la máscara de hierro, escrita por Emile Ladoucette, una versión de la cual incluye Dumas, a manera de ensayo, en su libro Crímenes célebres.
Reconocimiento póstumo
SUS restos estuvieron sepultados en el cementerio de su pueblo natal, Villers-Cotterêts, hasta el 30 de noviembre de 2002, cuando el presidente francés Jacques Chirac ordenó fuera sepultado en el Panteón de París.
Su cuerpo fue exhumado y en una ceremonia televisada fue depositado en el mausoleo, junto a otros ilustres escritores de Francia. El presidente francés reconoció que este hecho no se había llevado a cabo antes por el racismo que prevalecía en la sociedad y reconocía que Francia ha tenido muchos escritores ilustres, pero ninguno tan leído como Dumas.
Dumas también tiene un monumento en la Plaza de Malesherbes de París, que fue inaugurado en 1883. Esta estatua fue diseñada por Gustave Doré[1], y junto a la imagen en bronce del escritor, aparece su personaje más destacado, el famoso mosquetero D'Artagnan.
Hay también un museo en su nombre (y de su hijo) en Villers-Cotterêts.
[1] Paul Gustave Doré (Estrasburgo, 6 de enero de 1832—París, 23 de enero de 1883) fue un artista francés, pintor, escultor e ilustrador, faceta esta última que le dio fama internacional. Es considerado en su país el último e internacionalmente uno de los más famosos ilustradores del siglo XIX. Entre sus trabajos más notables pueden citarse las ilustraciones para El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, la Biblia(1865) y la Divina comedia, que inspiraron a generaciones de lectores, artistas y directores de teatro y cine hasta finales del siglo XIX. (Véase el Apéndice de nuestra edición de Cuentos de hace mucho tiempo, de Charles Perrault).
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